Mermelada de fresa recién hecha

Tarros mermelada fresaAcabo de hacer con mi hermana esta deliciosa mermelada de fresa. Ahora es la mejor época, pues esta apetecible fruta está en su punto. Con azúcar y un poco de limón, esta mermelada se hace en un momento y, si la guardáis en tarros esterilizados, os durará todo el año. Buscad mi infalible receta en el blog!

Mermelada de fresa

StrawberryjamHe hecho mermelada de fresa por primera vez y me ha gustado tanto que tengo previsto repetir lo antes posible. Aunque en las tiendas se puede encontrar mermelada de gran calidad, la hecha en casa tiene un sabor particularmente fresco, que alegra las tostadas del desayuno. En casa tenemos a menudo huéspedes y esta se está convirtiendo en su confitura favorita. Si bien la receta es muy sencilla y rápida, debo confesar que cometí un error por querer tomar un atajo (más abajo os lo explico). Pese a ello, el sabor quedó al punto.

Ingredientes (suficiente para cuatro tarros de 200 ml o más si son más pequeños):

– 2 kg de fresas maduras más bien pequeñas (tienen que estar maduras pero no tocadas)
– 1,8 kg azúcar especial para mermeladas (contiene pectina, para que cuaje)
– zumo de dos limones

Método:

– Quitar los tallos a las fresas (descartando las podridas o tocadas) y apartar diez de tamaño similar (pequeñas) y buena forma. Aplastar el resto como si hiciéramos puré (pero que queden trocitos).

– Depositar las fresas aplastadas en una olla grande de base sólida, añadir el azúcar y el zumo de limón. Llevarlo todo al punto de ebullición. Añadir entonces las fresas enteras. Si no tenéis termómetro de hacer conservas (no suelen ser muy caros), en este punto poner un par de platitos de café en el congelador (es necesario para comprobar después que la mermelada está hecha).

– Hervir la mermelada durante unos 15 minutos, revolviendo a menudo. Durante los últimos cinco minutos, ir comprobando cada minuto más o menos si se ha alcanzado el punto de cuajo. Cómo hacerlo: si tenéis un termómetro, allí os lo marcará. Si no, tendréis que coger el platito del congelador (a veces se necesita más de un intento, o sea varios platitos), poner una cucharadita de mermelada y volver a meterlo en el congelador un minuto para que se enfríe. Sacar el plato y presionar la mermelada con el dedo. Si empiezan a formarse unas arruguitas (como si la mermelada se encogiera), es que está hecha.

– La mermelada de fresa debería estar lista en no más de 15 minutos. Pasado ese tiempo, retirarla del fuego y con una cuchara revolver con cuidado para mezclar los residuos blancos o rosados que habrán quedado en la superficie (o quitarlos con una espumadera).

– Repartir la mermelada en tarros esterilizados. Ya veréis que aunque parezca bastante líquida, se solidificará (aunque la mermelada de fresa no es tan espesa como otras). Para esterilizar: tomar tarros de mermelada vacíos, lavarlos con agua caliente y jabón y secarlos. Precalentar el horno a 160ºC y poner los tarros 5 minutos a esa temperatura. Sacarlos, y cuando aún estén calientes, distribuir la mermelada.

Es posible que la primera vez que la hagáis no os quede al punto, en cuyo caso ¡hay que volver a intentarlo!

Lo que me pasó: me apetecía mucho hacer esta mermelada de fresas, pero solo tenía un paquete de azúcar con pectina. Pensé que si lo mezclaba con azúcar normal, no se notaría la diferencia. Pero sí. El azúcar convencional no consigue el mismo nivel de cuajo. El resultado fue una mermelada deliciosa, pero un pelín líquida.

 Otra cosa: con las recetas de mermelada, hay que adaptar el azúcar al gusto. Yo acostumbro a probar un poco al principio del proceso y si me parece que no está suficientemente dulce (pues esto depende de la fruta), añado un poco más.