Tarta de manzana y pasas

Pastel de manzana y pasasEsta es una receta de inspiración alemana que suele gustar mucho y te permite aprovechar esas manzanas que llevan días en el bol sin que nadie se decida a comerlas. Aunque es mejor hacerla con manzanas de cocinar (grandes, de piel verde y menos dulces), también queda bien con otras variedades, si bien la fruta resulta algo más dura. Esta tarta es deliciosa para merendar con un té o un café, pero también se puede comer caliente de postre con un poco de nata montada o helado de vainilla.

Ingredientes:

100 g de mantequilla sin sal
100 g de azúcar
200 g de harina leudante
1 huevo grande
500 g de manzanas, peladas, sin semillas y cortadas en láminas
55 g pasas
1 cucharadita de canela molida
55 g de azúcar moreno de caña grueso (tipo Demerara)

Método:

– Engrasar con mantequilla un molde redondo de base desmontable de unos 18 cm de diámetro.

– Fundir la mantequilla en un cazo. Transferir a un bol grande y añadir el azúcar normal (no el grueso), la harina, el huevo y un pellizco de sal. Mezclarlo todo hasta obtener una masa espesa.

– Depositar dos tercios de la masa en la base del molde, presionando suavemente con los dedos para cubrir toda la superficie (esta masa es bastante rígida).

– En otro cuenco, mezclar la manzana con las pasas, la canela y el azúcar moreno grueso. Añadir esto al molde y presionar ligeramente para que quede bien repartido.

– Colocar la masa sobrante encima de la fruta. Como es rígida, hay que ir cogiendo pedazos y distribuirlos lo mejor posible. Presionar un poco para aplanar. No importa que queden huecos, el resultado es apetitosamente rústico.

– Precalentar el horno a 180ºC. Cuanto esté a esa temperatura, meter la tarta y dejarla hornear durante unos 50 minutos. Cuando hayan pasado unos 40 minutos, si veis que se está dorando demasiado, taparla con papel de aluminio (sin apretar). Para comprobar que la tarta está hecha, pinchar con un palillo, y si sale con masa cruda, dejarla unos 5 o 10 minutos más.

– Dejar enfriar la tarta en el molde durante unos 20 minutos y después desmoldar con cuidado. Servir, fría o caliente.

‘Crumble’ de ruibarbo

crumbleruibarboEste debe ser con diferencia uno de los mejores postres del mundo. Es absolutamente suculento y muy británico, hasta el punto de que seguramente la mayoría de vosotros no habréis oído jamás hablar del «ruibarbo». ruibarboplantaSe trata de una planta cuyos tallos, parecidos al apio, se comen en compota, mermelada o como relleno de varios dulces. Aunque no es nativa del Reino Unido, los británicos la adoran. Yo también. Si podéis conseguir los ingredientes, la receta no es difícil. Por otra parte, también podéis sustituir el ruibarbo por manzana, otro crumble muy popular.

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Ingredientes:

1 kg de ruibarbo, cortado en trozos de 1 cm
60 g de mantequilla
60 g de azúcar
1,5 cucharadas soperas de maizena
1 cucharada sopera de extracto de vainilla

Para el crumble de la cobertura:

200 g de harina
1 cucharadita de café colmada de levadura (tipo Royal)
150 g de mantequilla, fría y en dados
3 cucharadas soperas colmadas de azúcar
3 cucharadas soperas colmadas de azúcar moreno más grueso

Método:

Yo hago este crumble en una fuente redonda de pyrex de unos 23 cm de diámetro y una profundidad de unos 4 cm. Todavía mejor, pues queda más elegante, si tenéis una de cerámica.

– Saltear sobre fuego medio el ruibarbo con la mantequilla, la maizena, la vainilla y los 60 g de azúcar en una olla grande durante unos 5-8 minutos, hasta que la mantequilla se haya derretido y se haya formado una especie de sirope (el ruibarbo debe estar aún duro).

– Verted este relleno en el recipiente escogido y espolvorear bastante azúcar por encima. El ruibarbo necesita endulzarse pues es ácido.

– Ahora, poner la harina tamizada y la levadura en un cuenco grande y echar los dados de mantequilla. Mezclar con las puntas de los dedos hasta obtener una textura parecida al serrín (aunque habrá gránulos más gordos). Esta acción de desmenuzar o desmigar es lo que en inglés significa crumble. Agregar los dos tipos de azúcar y mezclar con un tenedor.

– Esparcir el crumble sobre el ruibarbo depositado en la fuente hasta cubrirlo todo. Se puede aplanar un poco con una cuchara.

– Pre-calentar el horno a 190ºC. Cuando esté a esa temperatura, introducir el recipiente del crumble de ruibarbo con una bandeja debajo, por si se vierte algo del líquido. Hornear durante unos 35-40 minutos, hasta que la cobertura de crumble esté dorada y el ruibarbo del relleno cocido (se habrá transformado casi en una compota). Servir templado acompañado de nata líquida y disfrutadlo.

¿Sabías que…? Al igual que el Pastel de limón y polenta, esta receta, aunque un poco adaptada, es de la autora británica Nigella Lawson. Para que estéis al día: desde que os hablé de ella por última vez, se ha divorciado de su marido, el famoso publicista Charles Saatchi. Cotilleos aparte, su crumble es imbatible.

Pastel de limón y polenta

jublopolentaHace unos días hice este pastel por primera vez a recomendación de una amiga y nos encantó. La receta es de Nigella Lawson, una famosa escritora británica de libros de cocina. La gracia es que incorpora polenta, una sémola de maíz muy utilizada por los italianos, normalmente como acompañamiento de platos salados. Podréis encontrarla en grandes almacenes y ciertos supermercados (tenéis que comprar la polenta en sémola, no la que viene ya cocinada). El limón da a este pastel de bizcocho húmedo un toque ácido y refrescante, mientras que la  polenta le aporta una interesante textura granulada. Lo podéis servir con nata montada o crema de leche y acompañado de café, té o, por qué no, una copita de cava.

Ingredientes:

200 g de mantequilla sin sal ( mejor a temperatura ambiente)
200 g de azúcar molido
200 g de almendras crudas molidas
100 g de polenta fina
1 1/2 cucharadita de levadura (tipo Royal)
3 huevos grandes
la ralladura de dos limones

Para el sirope de limón:

el jugo de los dos limones
125 g de azúcar glas

Método:

– Mezclar la mantequilla y el azúcar hasta obtener una mezcla de color más claro y ligera.

– En otro cuenco, mezclar las almendras, la polenta y la levadura. Ir añadiendo esto a la mezcla de mantequilla, alternándolo también con los huevos. Hay que ir batiendo bien. Añadir la ralladura de limón y mezclar bien.

– Precalentar el horno a 180 ºC. Untar con mantequilla la base y los lados de un molde de base desmontable de 23 cm de diámetro. Forrar la base con papel de hornear. Verter la masa y hornear durante unos 40 minutos. Al cabo de unos 25 o 30 minutos, si veis que el pastel está muy tostado, cubridlo con papel de aluminio (hacer esto rápidamente y sin abrir mucho la puerta del horno, para que no se escape el calor).

– Cuando esté hecho (lo sabréis porque los bordes se habrán separado un poco del molde ,y también podéis insertar un palillo para comprobar que la masa está relativamente seca), sacarlo del horno y ponerlo a enfriar sobre una rejilla, pero sin desmoldarlo.

– Ahora haced el sirope: mezclar el jugo de limón con el azúcar en un pequeño cazo, hasta que hierva y esté bien disuelto.

– Hacer agujeros por todo el pastel con un palillo. Verter el sirope con cuidado para que penetre bien en estos agujeros. Dejar enfriar en el molde.

Cuando el pastel esté frío, lo podéis desmoldar y servir cómo prefiráis. ¡Que lo disfrutéis!

¿Sabías qué…? Nigella Lawson es hija de un exministro de Margaret Thatcher, Nigel Lawson, un «tory» en toda regla. Lord Lawson, muy particular, dio a sus hijas nombre de hombre pero feminizado (Thomasina, Nigella y Horatia). Nigella es la más famosa, tanto por sus libros de cocina y programas televisivos como porque se casó con el publicista y coleccionista de arte Charles Saatchi, fundador de la agencia Saatchi & Saatchi. Los dos proceden de familias acomodadas de origen judío. En fin, que Nigella, además de monísima, es pijísima, pero hay que reconocer que sus recetas tienen gracia.