‘Cupcakes’ de cumpleaños

_MG_3617Los cupcakes, ese invento estadounidense que vistió de fiesta a la simple magdalena, siguen de moda años después de haber irrumpido con fuerza en el Reino Unido y el resto de Europa. Con su atractivo visual y su dulce sabor, suelen gustar a todo el mundo y en especial a los niños, por lo que son una receta infalible para los compromisos infantiles. Estos cupcakes de la foto están listos para ser llevados a la escuela y celebrar el cumpleaños de una pícara niña de 8 años.

Corazón de chocolate

Pastel corazónEste pastel empecé a hacerlo para aprovechar dos moldes de silicona en forma de corazón que me regalaron, y desde entonces lo rescato siempre que hay una celebración especial que lo merezca (ideal para San Valentín). Se trata de un ligero bizcocho de chocolate, relleno de nata y frambuesas y cubierto de apetitoso chocolate negro. No falla para conquistar a quienes lo prueban. En esta ocasión, las peques y yo mezclamos el doble de masa para poder hacer también varios corazones pequeños que cortamos con unos cortagalletas.

 

 

Ingredientes:

Para el bizcocho:

150 ml leche
1 cucharada sopera de mantequilla
1 cucharada sopera de extracto de vainilla
3 huevos
200 g de azúcar fino
175 g de harina
3 cucharadas soperas de cacao
1 cucharadita de bicarbonato

Para el relleno:

125 ml de nata para montar
125 g de frambuesas

Para la cobertura de chocolate:

150 ml de nata para montar (con un mucho contenido en materia grasa)
150 g chocolate negro (70 %)
1 cucharada sopera de sirope de caña de azúcar
125 g de frambuesas

Método:

– Empezando con el bizcocho, calentar la leche y la mantequilla en un cazo a fuego medio hasta que la mantequilla se haya fundido. Añadir la vainilla y revolver.

– En un cuenco, batir los huevos con el azúcar hasta que estén espumosos y, en otro bol, combinar la harina, el cacao y el bicarbonato.

– Verter la leche y la mantequilla en el cuenco con los huevos y el azúcar, y batirlo todo hasta que esté bien combinado. Agregar la harina con el cacao y bicarbonato tamizados y mezclar con una cuchara metálica, hasta que todos los ingredientes estén incorporados.

– Engrasar con mantequilla dos moldes en forma de corazón, de unos 23 cm. Si son de silicona no hace falta poner papel de horno en la base. Repartir entre los dos moldes la masa del bizcocho.

– Calentar el horno hasta 170ºC. Cuando llegue a esta temperatura, hornear los dos bizcochos en sus moldes durante unos 20 minutos. Cuando estén hechos (meter un palillo para comprobar, debe salir seco), dejar enfriar unos 10 minutos dentro de los mismos moldes y luego sacarlos y ponerlos a enfriar encima de una rejilla. Veréis que los dos bizcochos son bastante finos.

– Para hacer el relleno, montar la nata, añadir las frambuesas y aplastarlas con un tenedor, para que quede una combinación rosácea y se vea la nata con trocitos de frambuesa. Poner el relleno sobre una de las mitades del pastel y cubrirlo con la otra.

– Para la cobertura, poner en un cazo la nata líquida para montar, el chocolate cortado a trozos y el sirope, y calentar a fuego lento hasta que el chocolate esté casi derretido. Sacarlo entonces del fuego y mezclarlo todo bien con unas varillas, hasta obtener una mezcla fina y brillante. Verter esta mezcla sobre el pastel y repartirla por la superficie y los lados con una espátula, hasta que quede todo bien cubierto. Decorar el pastel con el resto de las frambuesas.

Superpastel de chocolate

Pastel chocoEste es uno de los pasteles que hago para los cumpleaños o, como el de la foto, para llevar al trabajo cuando tenemos celebración. Tiene bizcocho y cobertura de chocolate, lo que lo hace completamente adictivo.

Ingredientes:

220 g de mantequilla a temperatura ambiente
275 g de azúcar moreno fino
275 g harina
80 g de cacao en polvo (sin azúcar)
2 cucharaditas de bicarbonato de soda
1 cucharadita de levadura
4 huevos
300 ml de leche

Para la cobertura:

200 g de chocolate negro en tableta, con 70 % de caco
250 g de mantequilla a temperatura ambiente
200 g de azúcar glas
50 g de cacao en polvo

Método:

– Empezando por el bizcocho: batir la mantequilla con el azúcar con una batidora, hasta que esté bien combinado y tenga textura de pomada. Añadir los huevos poco a poco, no importa si la mezcla cuaja un poco.

– Agregar la harina tamizada con el cacao, el bicarbonato y la levadura. Batir bien con la batidora, y finalmente añadir la leche, y volver a batir.

– Preparar dos moldes de 20 centímetros de diámetro: untar la base y los lados con mantequilla y forrar la base con papel de horno. Repartir la masa entre los dos moldes.

– Precalentar el horno a 160ºC. Cuando esté a esa temperatura, meter los moldes cada uno en un estante (o juntos en el mismo) y hornear durante unos 30 o 35 minutos, hasta que la superficie del bizcocho esté esponjosa y un palillo salga seco. Después dejarlos enfriar sobre una rejilla, aún en el molde, y, al cabo de un rato, desmoldarlos para que continúen enfriándose. Pelar el papel de horno de la base.

– Para la cobertura: derretir las tabletas de chocolate en un bol colocado sobre una olla con agua hirviendo, sin que el agua toque la base del bol (tapar el bol para que se derrita más rápidamente). Cuando el chocolate esté derretido, retirar del fuego y dejar enfriar un poco.

– Combinar la mantequilla, el azúcar glas y el cacao en otro bol, mezclándolo bien con la batidora. Añadir el chocolate y continuar batiendo. Si lo estabais haciendo con la batidora normal, poner ahora las varillas, porque interesa que entre aire y la mezcla quede muy ligera.

Ahora, a montar el pastel:

– cortar cada uno de los dos bizcochos por la mitad con un cuchillo largo de sierra, de forma que acabemos con cuatro mitades.

– Colocar la primera mitad sobre un portapasteles y cubrirla con un poco de cobertura. Agregar la segunda mitad y cubrirla también, y asimismo la tercera. Cuando pongamos la última mitad, debemos cubrir la parte de arriba y también los lados del pastel. Esto puede hacerse con una espátula.

– Si nos sobra cobertura (o si hacemos un poco más), podemos decorar el pastel por encima. Esto puede hacerse con una manga pastelera: hoy en día los supermercados venden unas muy prácticas de usar y tirar, con la punta de plástico y que se completa con una bolsa también de plástico. Otra alternativa es decorar el pastel con Lacasitos, o lo que se os ocurra.

Ah, y acordaos: en la entrada del pastel de nueces y café os expliqué cómo cubrir un pastel con cobertura sin ensuciar el portapasteles. ¡A disfrutarlo!

Flapjacks

FlapjacksLos flapjacks, muy populares en el Reino Unido y otros países que fueron colonias británicas, como Australia o Nueva Zelanda, son una especie de barrita de cereales en que el principal ingrediente son los copos de avena. Aunque se desconoce su origen, la palabra empieza a aparecer en la literatura británica en el siglo XVII, si bien en ese momento se refería a un postre parecido a las tortitas. A pesar de ser muy sencillos y rápidos de hacer, los flapjacks, cuando están bien hechos, son suculentos  y gratificantes. A los niños les encantan.

Ingredientes*:

175 g de mantequilla
175 g azúcar moreno muy molido
4 cucharadas soperas de sirope de azúcar de caña
350 g de copos de avena grandes
50 g de cereales corn flakes

Método:

– Untar ligeramente con mantequilla una bandeja de horno de unos 28 cm x 18 cm. En un cazo, fundir a fuego lento la mantequilla, el azúcar y el sirope, revolviendo con una cuchara de madera hasta que el azúcar se haya disuelto.

– Retirar del fuego y verter los copos de avena y los cereales. Revolver con la cuchara de madera hasta que todo esté bien mezclado (quedará bien pegajoso).

– Depositar la mezcla en la bandeja repartiéndola para que ocupe toda su superficie. Presionar con la cuchara para que queda plano.

– Precalentar el horno a 180ºC. Cuando esté a esta temperatura, meter la bandeja y hornear los flapjacks durante unos 25 minutos, hasta que estén dorados y firmes. Dejarlos enfriar unos 10 minutos y cortarlos en cuadrados o barritas dentro de la propia bandeja. Sacar las barritas cuando estén completamente frías.

Trucos:

– si queréis, cuando las barritas estén frías, las podéis sumergir parcialmente (la base o un extremo) en chocolate fundido. Para ello, fundir una tableta de chocolate negro o con leche en un cuenco sobre una olla con un poco de agua hirviendo, vigilando que el agua no toque la base del bol. Cuando el chocolate ya esté fundido (ir revolviendo), apartarlo del fuego. Ir sumergiendo las barritas y ponerlas a secar sobre una rejilla.

– en el momento de verter los copos de avena, podéis añadir también 50 g de frutos secos, como albaricoques, grosellas o pasas, o combinarlo con pipas de calabaza o lo que más os guste.

* Es posible que algunos de los ingredientes os cuesten de encontrar fuera del Reino Unido, aunque hoy en día ¡todo se puede comprar por internet! Para que os sea más fácil, os doy los nombres en inglés: oats (copos de avena); soft light brown sugar (azúcar moreno muy molido) y golden syrup (sirope de azúcar de caña).

 

Donuts

DonutsHace poco hice un cursillo de hacer pan y también nos enseñaron a elaborar estos donuts, que pueden rellenarse de mermeladas de todos los sabores o de crema de cacao o Nocilla. Son relativamente fáciles de preparar si bien un poco laboriosos, pero merece la pena, pues el resultado es excelente, salen un montón y, si no se comen de una vez, se pueden congelar.
Esta es una de esas recetas que me atreví a hacer con las niñas, y funcionó muy bien: ellas rellenaron los donuts (con resultados variados) y los rebozaron con azúcar. Como veis, estos doughnuts no tienen agujero, son como un buñuelo.

Ingredientes (salen unos 30):

15 g de levadura natural (no química) seca
200 ml de agua templada
450 g de harina fuerte (con más gluten, se utiliza para hacer pan)
5 g de sal
45 g de azúcar
1 huevo pequeño (de unos 30 gramos sin cáscara), batido
45 g de mantequilla fundida

Método:

– Disolver la levadura de panadero seca en el agua templada. Esto llevará unos minutos y estará listo cuando salga espuma (a veces hay que revolver un poco con una cuchara hasta que quede un líquido cremoso).

– En un cuenco grande, mezclar la harina, la sal, el azúcar y el huevo batido. Hacer un agujero en el centro y añadir la mantequilla fundida y el líquido de la levadura. Mezclar bien con una cuchara o con las manos. Añadir un poquito más de agua templada si es necesario, hasta conseguir una masa fina y elástica.

– Depositar esta masa en una superficie de trabajo. Tenemos que amasarla intentando añadir el mínimo de harina, para que no se reseque. Lo mejor es hacer una montañita de harina e ir cubriendo de vez en cuando la base de la palma de la mano, que utilizaremos para extender y replegar la masa.

– Cuando tengamos una bola de masa fina y elástica (quiere decir que hemos activado bien el gluten), la dejamos reposar en un cuenco grande, cubierta (sin apretar) de papel transparente untado con un poquito de aceite. La masa debe doblar su tamaño, lo que, dependiendo de la temperatura ambiente, puede tardar más o menos, como mínimo una hora. También se puede dejar subir toda la noche en la nevera.

– Cuando la masa ha subido, cortamos porciones de unos 20 g cada una y, con las manos ligeramente enharinadas, hacemos bolas, que vamos depositando en un par de bandejas de horno que cubriremos con papel de hornear. Dejamos reposar estas bolitas hasta que hayan doblado su tamaño. Esto suele tardar media o una hora, según la temperatura ambiente.

– Cuando hayan subido, calentamos aceite vegetal en una sartén profunda (yo utilizo un wok chino) hasta 180ºC, que es la temperatura a la que se fríe. Si no tenéis termómetro de cocina, se puede comprobar si el aceite está listo sumergiendo el palo de una cuchara de madera, tienen que salir burbujas. La cantidad de aceite es más o menos la que cubriría una bolita.

– Cuando el aceite esté caliente, ir friendo las bolas de masa, durante uno o dos minutos, dándoles la vuelta con una espumadera. Cuando estén doradas, sacarlas y ponerlas en una fuente con papel de cocina para que se absorba el exceso de aceite.

– Con los donuts aún calientes, procederemos a rellenarlos. Para ello, podéis llenar varias bolsas de plástico pequeñas y limpias con diferentes mermeladas o la Nocilla. Les cortaremos la puntita con unas tijeras y las utilizaremos a modo de manga pastelera. Si preferís, en los supermercados suelen vender este tipo de bolsas especiales para manga pastelera, de forma triangular.

– Hacer un agujero en el lateral del donut con un palillo, sin llegar del todo al lado opuesto. Por este agujero, poner la puntita de la bolsa con la mermelada y presionar con cuidado para que salga (esto requiere algo de práctica, no os preocupéis si no os sale al primer intento). Después, pasar los donuts por una montaña de azúcar mezclado con una pizca de canela.

Apunte: si no queréis rellenar los donuts, también se pueden sumergir en chocolate fundido o simplemente rebozar con azúcar con un poco de canela.

‘Mousse’ de chocolate con especias

Mousse xocoEsta es una de mis recetas favoritas en este momento. Se trata de un mousse de chocolate tradicional pero con el intenso sabor añadido de especias y -el arma secreta- ¡chile picante! La combinación de cacao y picante funciona muy bien, como bien saben los mexicanos, en cuya gastronomía me inspiré para «inventar» este postre. Va genial para finalizar una comida mexicana o en cualquier momento, acompañado de nata montada y, si apetece, una galleta de mantequilla.

Ingredientes:

125 g de mantequilla
300 g de chocolate negro (70 %)
3 yemas de huevo
las claras de 10 huevos
100 g azúcar
225 ml de nata para montar.
1/4 cucharadita de canela
1/4 cucharadita de all spice o pimienta de Jamaica
1/4 cucharadita de chiles o pimientos picantes en polvo

Método:

– Fundir la mantequilla y el chocolate cortado a pedazos en un bol encajado encima de una olla con un poco de agua hirviendo, vigilando que el agua no toque la base del bol. Ponerlo a fuego lento y cubrir el bol con una tapa grande. Revolver de vez en cuando con una cuchara. Cuando esté todo fundido, revolver bien y dejar enfriar un poco, hasta que no queme.

Con una espátula, transferir esta mezcla a un cuenco más grande donde haya espacio para añadir el resto de los ingredientes.

– Añadir una a una las yemas de huevo, batiendo muy bien cada vez con una batidora de varillas. Añadir la canela, all spice y chiles y volver a batir bien.

– En otro cuenco, montar la nata hasta que esté esponjosa pero no demasiado sólida, y añadir cuidadosamente a la mezcla de chocolate.

– En un tercer bol, montar las claras con una pizca de sal hasta que estén a punto de nieve. Hacia el final del proceso, ir añadiendo el azúcar despacito, sin dejar de batir. Incorporar las claras montadas con el azúcar a la mezcla de chocolate muy cuidadosamente, con una cuchara de metal o una espátula.

– El mousse está hecho. Ahora, depositar la mezcla en un recipiente para servir o en moldes individuales y ponerlo en la nevera hasta que sea el momento de llevarlo a la mesa (mínimo un par de horas). A mí me gusta servirlo en tacitas de té o café.

¿Y qué hacemos con tantas yemas?: en esta receta nos habrán sobrado siete yemas, que se pueden emplear para hacer un delicioso bizcocho (que se puede congelar). Si tenemos menos yemas que nos hayan sobrado de otra receta, se pueden reducir las cantidades de los ingredientes.

Ingredientes:

6 o 7 yemas
cuatro cucharadas de agua caliente
200 g de azúcar
150 g de harina leudante
una pizca de sal
una cucharadita de extracto de vainilla
cuatro cucharadas de leche

Método:

– Untar con mantequilla un molde redondo desmontable de 20 cm de diámetro y forrar la base con papel de horno.

– Batir las yemas con el agua hasta que esté cremoso. Añadir gradualmente el azúcar y seguir batiendo con la batidora de varillas hasta que haya burbujas y todo esté muy bien mezclado. Agregar la vainilla y el pellizco de sal.

– Añadir la harina (tamizada con un colador) y la leche y revolver con una cuchara de metal o espátula hasta que esté todo bien mezclado. Si os parece que la masa queda muy líquida, lo que puede pasar si se nos va la mano con el agua o la leche o según las yemas, se puede añadir un poquito más de harina.

–  Pre-calentar el horno a 180ºC. Hornear durante unos 30 minutos. Para comprobar que el bizcocho este hecho, clavar un palillo, que tiene que salir seco.

Este bizcocho se puede comer tal cual o también se puede abrir por la mitad y rellenar con una capa de mermelada de fresa o frambuesa y nata montada. Espolvorear con azúcar glas.

¿Cómo separar claras y yemas?: hay gente que lo hace pasando el huevo de un lado a otro de su propia cáscara (después de cascarla) pero yo tengo una especie de cuchara de plástico con ranuras que atrapa la yema mientras que la clara se desliza hacia abajo (hay que colocar un recipiente debajo).

Profiteroles

profiterolesLos profiteroles son mucho más fáciles de hacer de lo que parecen y, como también son bastante rápidos, son el postre ideal para una cena de última hora con amigos. Si se desea, se puede hacer la pasta el día antes y rellenarla en el último momento (más abajo os explico el truco). Yo los suelo rellenar de nata montada y después los cubro con salsa de chocolate.

Ingredientes:

Para la pasta ‘choux’:

150 ml agua fría
50 g mantequilla
75 g harina (tamizada)
2 huevos

Para la salsa de chocolate:

125 g chocolate negro, a trozos
25 g mantequilla
2 cucharadas soperas de sirope de caña de azúcar

Además, nata montada sin azúcar para el relleno.

Método:

– Para hacer la pasta, poner la mantequilla y el agua fría en un cazo de tamaño mediano y calentar a fuego lento hasta que la mantequilla se haya fundido. Entonces, subir el fuego y llevarlo rápidamente al punto de ebullición, darle un hervor.

– Retirar el cazo del fuego y echar de una vez toda la harina (tamizada para evitar grumos). Removerlo todo con una cuchara de madera hasta que quede bien mezclado.

– Dejar que esta masa se enfríe un par de minutos y añadir los huevos poco a poco, batiendo con la cuchara o con un batidor eléctrico de varillas, hasta que la masa quede fina y brillante.

– Precalentar el horno a 200ºC. Engrasar una bandeja de horno grande con mantequilla y rociar un poco de agua (esto generará vapor en el horno y ayudará a que la pasta choux suba).

– Con una cuchara no muy grande, depositar unas 12 bolas (del tamaño de una pelota de golf) de la masa sobre la bandeja. Hornear en el estante superior del horno durante 20-25 minutos, hasta que estén ligeramente doradas.

– Cuando las saquéis del horno, con un cuchillo hacer un pequeño corte en cada profiterol, para que salga el vapor (¡cuidado que quema!). Dejar que se enfríen.

Para hacer la salsa…

– Poner el chocolate, la mantequilla y el sirope de caña de azúcar en un bol sobre una olla con un poco de agua hirviendo, sin que el bol toque el agua. A fuego lento, dejar que el contenido del bol se funda (ir revolviendo con una cuchara de vez en cuando). Dejar enfriar un poco la salsa.

Para montar el postre: poner una cucharada de nata montada en cada profiterol (esto puede hacerse también con manga pastelera) y, con una cuchara, verter salsa por encima de cada uno de ellos.

Truquillo: si habéis hecho la masa el día anterior, es normal que se haya ablandado un poco. Para devolverle su textura, calentar el horno a 200ºC y hornearlas durante unos 5 minutos más.

Pastel de mármol (vainilla y chocolate)

Pastel de mármolÉste es un pastel bastante sencillo de hacer y muy resultón. En realidad es un bizcocho tradicional, pero con dos sabores y un bonito efecto marmolado. En lugar de vainilla y chocolate como en este caso, se pueden combinar también chocolate y naranja o chocolate y limón, añadiendo raspadura y un poco de zumo de una de estas frutas a la parte de la masa sin chocolate. Este pastel va perfecto con un té o un café.

Ingredientes:

200 g de mantequilla a temperatura ambiente y un poco más para untar el molde
200 g de azúcar
3 huevos
200 g de harina leudante (con levadura incorporada)
80 g de chocolate negro
1 cucharadita de extracto de vainilla

Método:

– Untar con mantequilla un molde rectangular de unos 900 g de capacidad. Yo cubro la base con un rectángulo de papel de horno.

– En un cuenco grande, batir la mantequilla con el azúcar hasta que cobre una textura de pomada y luego añadir los huevos uno a uno batiendo bien. Yo lo hago con la batidora eléctrica o minipimer.

– Agregar la harina tamizada y mezclar bien con una cuchara de metal hasta que esté bien combinado. Batirlo si es necesario.

– Fundir los 80 g de chocolate (70 % de cacao) dentro de un bol sobre una olla con un poco de agua hirviendo a fuego lento. Es mejor que el agua no llegue a tocar la base del bol, para que el chocolate no se pegue. Tapar el bol con una tapa grande para que no se escape el calor. Cuando esté fundido, dejarlo enfriar un poquito.

– Mientras tanto, dividir la masa en dos y depositarla en dos boles diferentes. En una parte de la masa, mezclar la vainilla hasta que quede bien combinado. En la otra parte, mezclar el chocolate fundido.

– Ahora repartimos las dos masas en el molde, una cucharada grande de cada una, como si fuera un tablero de ajedrez (dará para un par de capas). Cuando ya hayamos repartido toda la masa, alisar la superficie con cuidado y con un cuchillo sin sierra recorrer el molde haciendo eses: esto es lo que nos dará el efecto marmolado. Opcionalmente, se pueden espolvorear unas almendras a láminas por encima de la masa.

– Precalentar el horno a 180ºC. Hornear durante unos 50 minutos, hasta que el pastel esté dorado y esponjoso al presionar el centro. Se puede comprobar a partir de 45 minutos. Cuando esté listo, dejarlo enfriar unos 10 minutos dentro del molde y luego desmoldarlo, pelar la base de papel de horno y ponerlo a enfriar del todo sobre una rejilla (para que circule el aire).

 

 

 

Brazo de gitano de trufa y nata

Choc rouladeEste brazo de gitano de chocolate con relleno de trufa y nata es uno de mis postres preferidos para fiestas y ocasiones especiales. Aunque se hace en varias fases, no es difícil y el resultado es excelente, además de que el pastel se conserva muy bien en la nevera. ¡Hay gente que hasta lo prefiere al día siguiente! La verdad es que, hoy en día, lo de «brazo de gitano» suena políticamente incorrecto, pero así es como se suele llamar en español lo que en inglés es un «Swiss roll» y en francés una «roulade». En todo caso, os animo a incorporar este pastel a vuestro repertorio.

Ingredientes:

6 huevos, separadas las claras y las yemas
150 g azúcar molido (yo lo prefiero moreno)
50 g cacao (molido y sin azúcar)

Para el relleno:

225 g chocolate negro (70 % cacao aprox.)
2 huevos, separadas las claras y las yemas
225 ml nata líquida (con alto contenido graso)

Para el acabado:

azúcar glas

Método:

– Primero, deciros que para este pastel necesitaréis un molde rectangular con borde bajo. El mío mide 32 x 22 cm y tiene poco más de un centímetro de profundidad (es el típico de brazo de gitano). Para prepararlo, lo untáis con mantequilla y forráis la base con papel de horno.

– Empezamos por el relleno: romper el chocolate dentro de un bol y poner el bol encima de un cazo con un poco de agua hirviendo suavemente, sobre el fogón. El agua no tiene que tocar el bol. Esperar hasta que el chocolate se funda (revolviendo con  una cuchara de vez en cuando) y retirarlo del fogón. Dejarlo enfriar un poquito.

– Añadir las yemas de los huevos y batirlo bien, con una cuchara de madera o con una batidora de varillas. Ahora, batir las claras de los huevos con la batidora de varillas en otro cuenco hasta que estén bien montadas (y no se caigan al darle la vuelta al cuenco). Mezclarlas con cuidado con una cuchara de metal en el bol con el chocolate.

Cubre el bol con este mousse de trufa con papel transparente y ponlo en la nevera para que se enfríe durante aproximadamente una hora.

– Para hacer el bizcocho de chocolate: poner las yemas en un cuenco y batirlas hasta que empiecen a espesarse, entonces añadir el azúcar y seguir batiendo hasta que esté bien integrado. Ahora, añadir el cacao y también mezclarlo bien.

– En otro cuenco, batir las claras hasta que estén montadas y hagan unos picos suaves. Con una cuchara de metal, introducir con cuidado las claras en el bol con el cacao y las yemas y revolver delicadamente hasta obtener una masa homogénea.
Verter la masa el molde ya preparado.

– Calentar el horno a 180ºC. Cuando llegue a esa temperatura, hornear el bizcocho durante unos 20 a 25 minutos, hasta que se hinche un poco y la masa esté elástica y vuelva a su posición al presionarla con el dedo (como si rebotara un poquito). Cuando el bizcocho esté cocido (también se puede comprobar con un palillo, que debe salir seco), dejarlo enfriar en el molde durante unos minutos.

– Cuando la masa del bizcocho esté bastante fría, extenderla sobre un rectángulo de papel de horno que habremos rociado con azúcar glas. Pelar el papel de horno que habrá quedado en la parte superior del pastel.

– Esparcir por encima del bizcocho el mousse de chocolate que teníamos en la nevera (tendrá una consistencia como de pomada). Ahora, montar la nata hasta que esté sólida pero aún suave y extenderla por encima del mousse.

– Con ayuda del papel de horno que hay debajo del bizcocho, enrollarlo con cuidado hasta que quede con forma de tronco (es normal que se agriete). Rociarlo con azúcar glas por encima y ¡ya está listo para servir!. Yo lo presento en una bonita bandeja alargada.

Este brazo de gitano de chocolate con mousse de trufa y nata está delicioso también en los días siguientes, cuando adquiere una interesante consistencia, como de helado.

Pancakes

pancakesLas pancakes, o tortitas, son uno de los desayunos favoritos de las peques de la casa (¡y tampoco conozco a ningún adulto al que no le gusten!). Las hago algún domingo y en ocasiones especiales, ya que, aunque no son difíciles de elaborar, sí llevan su tiempo. También se puede preparar la mezcla con antelación y añadir solo la mantequilla fundida en el momento de cocinarlas. Los estadounidenses y los británicos, así como los canadienses o los australianos, tienen su propia manera de hacer las pancakes, pero la receta que os doy es bastante universal. Si os levantáis con espíritu generoso, podéis pedir a los niños que os ayuden (les encanta cascar los huevos y revolver la masa)…

Ingredientes (salen 20 o 30, según el tamaño):

300 g de harina
2 cucharaditas de levadura
1 cucharadita de bicarbonato
2 huevos
500 ml mitad yogur y mitad leche
2 cucharadas soperas de azúcar
60 g de mantequilla fundida en un cazo

Método:

– Poner todos los ingredientes en un cuenco grande menos la mantequilla fundida y batirlos con la batidora hasta obtener una masa bastante líquida y sin grumos. Para facilitar el trabajo, se puede empezar por los huevos con el azúcar y añadir la harina con la levadura y el bicarbonato para acabar con la mezcla de yogur y leche.

– agregar y mezclar bien la mantequilla fundida justo antes de empezar a prepararlas.

– para cocinarlas, necesitáis una sartén antiadherente mediana o una sartén especial para pancakes, que es como las otras pero con el borde más bajo y muy plana.

Calentar la sartén y engrasarla con un poco de mantequilla, pasando un papel de cocina por encima para que solo quede una pátina fina. Utilizar este papel con la mantequilla para ir engrasando la sartén de vez en cuando.

Sobre la sartén caliente (colocada en el fogón), verter una cucharada de la masa con un cucharón, intentando que quede con forma redonda.

Dejar cocer el redondel durante un par de minutos, hasta que se formen un montón de agujeritos o burbujas de aire. Con una espátula, dar la vuelta a la masa para que se cueza del otro lado, más o menos un minuto, hasta que la tortita quede dorada.

Repetir el proceso hasta que terminéis la masa. Las tortitas se pueden ir apilando en un plato, pero cubridlas con un trapo limpio para que se mantengan calientes.

Cómo se comen: pues de muchas maneras… Nosotros las tomamos con un poco de mantequilla y miel, mermelada o nutella (nocilla).  Los canadienses las cubren con sirope de arce y también están buenísimas, mientras que hay gente que se las come con huevos y beicon, aunque en ese caso -si las vais a comer saladas- no le echéis tanto azúcar al preparar la masa.

Los truquillos:

– la receta original emplea buttermilk, una especie de yogur líquido que utilizan mucho los irlandeses, entre otros. Si no lo encontráis, un buen sustituto es mezclar la leche y el yogur como os he indicado más arriba.

– el principal problema de las pancakes es que, al irse recalentando la sartén, os queden demasiado ennegrecidas o quemadas. Para evitarlo, podéis hacer dos cosas: ir engrasando el fondo con el papel empapado de mantequilla y apartar la sartén del fogón durante varios segundos cuando veáis que está demasiado caliente.

– en el caso altamente improbable de que os sobren, se pueden congelar.

Y para terminar…: ¿os habéis dado cuenta de que me he cortado el pelo?