Los ‘blondies’ (rubitos) son la antítesis de los ‘brownies’ (morenitos) y, aunque parezca mentira, tan ricos como éstos. En lugar de chocolate, los blondies llevan una mezcla de azúcar moreno y mantequilla que los hace especialmente jugosos y muy adictivos. Os los recomiendo para aquellos días en que os apetece algo dulce pero no sabéis qué comer… (y no tenéis ganas de chocolate, claro).
Ingredientes:
280 g azúcar muscovado de color claro
115 g de mantequilla
2 huevos batidos
175 g de harina leudante
2 cucharaditas pequeñas de extracto de vainilla
100 g de nueces pecanas, a trozos
Método:
– Untar con mantequilla una bandeja cuadrada de 23 cm (una alargada de tamaño parecido también vale). Fundir el azúcar y la mantequilla en un cazo a fuego lento, revolver para que todo quede bien mezclado. Retirarlo del fuego.
– A continuación, añadir los huevos poco a poco, batiendo bien con el batidor de varillas eléctrico o manual. Tamizar la harina y un pellizco de sal. Añadir la vainilla y batirlo todo bien. Agregar las nueces y mezclar bien con una cuchara de metal. Verter la masa en la bandeja.
– Precalentar el horno a 180ºC. Cuando esté a esta temperatura, meter la bandeja y hornear durante unos 25-30 minutos. Comprobar a los 25 minutos: la superficie del pastel debe estar firme y dorada. Si insertáis un palillo, debe salir con alguna miga pero no con masa cruda.
– Depositar la bandeja sobre una rejilla de horno y dejar enfriar durante una media hora. Cortar los blondies a cuadrados ycolocarlos encima de la rejilla para que acaben de enfriarse.
Un nota: la falda escocesa del dibujo es licencia del artista y no indica que los ‘blondies’ sean escoceses… Pero queda más divertido.