Pastel de café y nueces

Pastel de café y nuecesEste pastel es sorprendentemente delicioso y gusta incluso a quienes no son fans del café. Yo creo que el sabor incluso mejora si utilizáis un café de calidad (el que os sobre de la cafetera matinal). La combinación de café y nueces es imbatible, ¡os recomiendo que lo probéis!

Ingredientes:

175 g de mantequilla (puede ser un poco salada)
175 g de azúcar moreno fino
3 huevos
2 cucharadas soperas de café enfriado
175 g de harina leudante
1 cucharadita de levadura
100 g de nueces, cortadas a trozos

Para la cobertura:

200 g de mantequilla (puede ser un poco salada)
400 g de azucar glas
2 cucharadas soperas de café enfriado

Método:

– Batir bien con un batidor eléctrico de varillas el azúcar y la mantequilla, hasta que tenga consistencia de pomada. Gradualmente, añadir los huevos y el café, hasta que quede todo bien mezclado (no importa si el huevo cuaja un poco).

– Añadir la harina tamizada con la levadura y mezclar bien con una espátula o cuchara de metal. Añadir las nueces cortadas y mezclar hasta que queden bien incorporadas.

– Preparar dos moldes de 20 centímetros de diámetro: untad las bases con mantequilla y poner en la base papel de horno. Dividir la masa entre los dos moldes y aplanar con una cuchara.

– Precalentar el horno a 180ºC. Cuando esté a esa temperatura,  meter los dos moldes (puede ser en dos alturas diferentes) y hornear durante unos 20 a 25 minutos. Cuando estén hechos los pasteles (dorados y esponjosos), ponerlos a enfriar encima de una rejilla, primero en los moldes y luego un rato más ya desmoldados.

Mientras tanto, hacer la cobertura:

– Batir la mantequilla hasta que esté como una pomada y añadir el azúcar glas y el café. Batir con el batidor de varillas hasta que todo esté bien incorporado y tengamos una masa ligera.

– Para decorar el pastel, poner una mitad encima del portapasteles o cualquier otro recipiente. Untarla por encima con un tercio de la cobertura. Poner encima la otra mitad. Cubrirlo todo con una espátula o un cuchillo especial de untar, la parte de arriba y todo el alrededor, con la cobertura restante. Decorar con varias nueces enteras repartidas por la parte de arriba del pastel.

Un truco: para que no se manche de cobertura el portapasteles, yo siempre pongo cuatro tiras de papel de aluminio en los bordes (formando como un cuadrado), de forma que pueda poner el pastel en el centro. Toda la cobertura que caiga por los lados lo hará encima de estas tiras de aluminio, que pueden retirarse cuando el pastel ya está cubierto y decorado.

Y otra cosa: este pastel sale muy bien con mantequilla un poco salada, pero vigilad que no lo esté en exceso. Si utilizáis mantequilla normal, podéis añadir un pellizquito de sal tanto al hacer la masa del pastel como la cobertura.

Christmas cake

Pastel NavidadEl Christmas cake o pastel de Navidad británico es único y posiblemente un gusto adquirido. Hecho con un montón de frutos secos y bastante brandy, tiene orígenes centenarios y responde a la (antigua) ausencia de fruta fresca en esta época en el Reino Unido. El que veis en la foto es mi pastel de Navidad de este año, todavía sin la cobertura blanca de azúcar. Está delicioso acompañado de nata.

‘Blondies’

BlondiesLos ‘blondies’  (rubitos) son la antítesis de los ‘brownies’ (morenitos) y, aunque parezca mentira, tan ricos como éstos. En lugar de chocolate, los blondies llevan una mezcla de azúcar moreno y mantequilla que los hace especialmente jugosos y muy adictivos. Os los recomiendo para aquellos días en que os apetece algo dulce pero no sabéis qué comer… (y no tenéis ganas de chocolate, claro).

Ingredientes:

280 g azúcar muscovado de color claro
115 g de mantequilla
2 huevos batidos
175 g de harina leudante
2 cucharaditas pequeñas de extracto de vainilla
100 g de nueces pecanas, a trozos

Método:

– Untar con mantequilla una bandeja cuadrada de 23 cm (una alargada de tamaño parecido también vale). Fundir el azúcar y la mantequilla en un cazo a fuego lento, revolver para que todo quede bien mezclado. Retirarlo del fuego.

– A continuación, añadir los huevos poco a poco, batiendo bien con el batidor de varillas eléctrico o manual. Tamizar la harina y un pellizco de sal. Añadir la vainilla y batirlo todo bien. Agregar las nueces y mezclar bien con una cuchara de metal. Verter la masa en la bandeja.

– Precalentar el horno a 180ºC. Cuando esté a esta temperatura, meter la bandeja y hornear durante unos 25-30 minutos. Comprobar a los 25 minutos: la superficie del pastel debe estar firme y dorada. Si insertáis un palillo, debe salir con alguna miga pero no con masa cruda.

– Depositar la bandeja sobre una rejilla de horno y dejar enfriar durante una media hora. Cortar los blondies a cuadrados ycolocarlos encima de la rejilla para que acaben de enfriarse.

Un nota: la falda escocesa del dibujo es licencia del artista y no indica que los ‘blondies’ sean escoceses… Pero queda más divertido.

Flapjacks

FlapjacksLos flapjacks, muy populares en el Reino Unido y otros países que fueron colonias británicas, como Australia o Nueva Zelanda, son una especie de barrita de cereales en que el principal ingrediente son los copos de avena. Aunque se desconoce su origen, la palabra empieza a aparecer en la literatura británica en el siglo XVII, si bien en ese momento se refería a un postre parecido a las tortitas. A pesar de ser muy sencillos y rápidos de hacer, los flapjacks, cuando están bien hechos, son suculentos  y gratificantes. A los niños les encantan.

Ingredientes*:

175 g de mantequilla
175 g azúcar moreno muy molido
4 cucharadas soperas de sirope de azúcar de caña
350 g de copos de avena grandes
50 g de cereales corn flakes

Método:

– Untar ligeramente con mantequilla una bandeja de horno de unos 28 cm x 18 cm. En un cazo, fundir a fuego lento la mantequilla, el azúcar y el sirope, revolviendo con una cuchara de madera hasta que el azúcar se haya disuelto.

– Retirar del fuego y verter los copos de avena y los cereales. Revolver con la cuchara de madera hasta que todo esté bien mezclado (quedará bien pegajoso).

– Depositar la mezcla en la bandeja repartiéndola para que ocupe toda su superficie. Presionar con la cuchara para que queda plano.

– Precalentar el horno a 180ºC. Cuando esté a esta temperatura, meter la bandeja y hornear los flapjacks durante unos 25 minutos, hasta que estén dorados y firmes. Dejarlos enfriar unos 10 minutos y cortarlos en cuadrados o barritas dentro de la propia bandeja. Sacar las barritas cuando estén completamente frías.

Trucos:

– si queréis, cuando las barritas estén frías, las podéis sumergir parcialmente (la base o un extremo) en chocolate fundido. Para ello, fundir una tableta de chocolate negro o con leche en un cuenco sobre una olla con un poco de agua hirviendo, vigilando que el agua no toque la base del bol. Cuando el chocolate ya esté fundido (ir revolviendo), apartarlo del fuego. Ir sumergiendo las barritas y ponerlas a secar sobre una rejilla.

– en el momento de verter los copos de avena, podéis añadir también 50 g de frutos secos, como albaricoques, grosellas o pasas, o combinarlo con pipas de calabaza o lo que más os guste.

* Es posible que algunos de los ingredientes os cuesten de encontrar fuera del Reino Unido, aunque hoy en día ¡todo se puede comprar por internet! Para que os sea más fácil, os doy los nombres en inglés: oats (copos de avena); soft light brown sugar (azúcar moreno muy molido) y golden syrup (sirope de azúcar de caña).

 

Donuts

DonutsHace poco hice un cursillo de hacer pan y también nos enseñaron a elaborar estos donuts, que pueden rellenarse de mermeladas de todos los sabores o de crema de cacao o Nocilla. Son relativamente fáciles de preparar si bien un poco laboriosos, pero merece la pena, pues el resultado es excelente, salen un montón y, si no se comen de una vez, se pueden congelar.
Esta es una de esas recetas que me atreví a hacer con las niñas, y funcionó muy bien: ellas rellenaron los donuts (con resultados variados) y los rebozaron con azúcar. Como veis, estos doughnuts no tienen agujero, son como un buñuelo.

Ingredientes (salen unos 30):

15 g de levadura natural (no química) seca
200 ml de agua templada
450 g de harina fuerte (con más gluten, se utiliza para hacer pan)
5 g de sal
45 g de azúcar
1 huevo pequeño (de unos 30 gramos sin cáscara), batido
45 g de mantequilla fundida

Método:

– Disolver la levadura de panadero seca en el agua templada. Esto llevará unos minutos y estará listo cuando salga espuma (a veces hay que revolver un poco con una cuchara hasta que quede un líquido cremoso).

– En un cuenco grande, mezclar la harina, la sal, el azúcar y el huevo batido. Hacer un agujero en el centro y añadir la mantequilla fundida y el líquido de la levadura. Mezclar bien con una cuchara o con las manos. Añadir un poquito más de agua templada si es necesario, hasta conseguir una masa fina y elástica.

– Depositar esta masa en una superficie de trabajo. Tenemos que amasarla intentando añadir el mínimo de harina, para que no se reseque. Lo mejor es hacer una montañita de harina e ir cubriendo de vez en cuando la base de la palma de la mano, que utilizaremos para extender y replegar la masa.

– Cuando tengamos una bola de masa fina y elástica (quiere decir que hemos activado bien el gluten), la dejamos reposar en un cuenco grande, cubierta (sin apretar) de papel transparente untado con un poquito de aceite. La masa debe doblar su tamaño, lo que, dependiendo de la temperatura ambiente, puede tardar más o menos, como mínimo una hora. También se puede dejar subir toda la noche en la nevera.

– Cuando la masa ha subido, cortamos porciones de unos 20 g cada una y, con las manos ligeramente enharinadas, hacemos bolas, que vamos depositando en un par de bandejas de horno que cubriremos con papel de hornear. Dejamos reposar estas bolitas hasta que hayan doblado su tamaño. Esto suele tardar media o una hora, según la temperatura ambiente.

– Cuando hayan subido, calentamos aceite vegetal en una sartén profunda (yo utilizo un wok chino) hasta 180ºC, que es la temperatura a la que se fríe. Si no tenéis termómetro de cocina, se puede comprobar si el aceite está listo sumergiendo el palo de una cuchara de madera, tienen que salir burbujas. La cantidad de aceite es más o menos la que cubriría una bolita.

– Cuando el aceite esté caliente, ir friendo las bolas de masa, durante uno o dos minutos, dándoles la vuelta con una espumadera. Cuando estén doradas, sacarlas y ponerlas en una fuente con papel de cocina para que se absorba el exceso de aceite.

– Con los donuts aún calientes, procederemos a rellenarlos. Para ello, podéis llenar varias bolsas de plástico pequeñas y limpias con diferentes mermeladas o la Nocilla. Les cortaremos la puntita con unas tijeras y las utilizaremos a modo de manga pastelera. Si preferís, en los supermercados suelen vender este tipo de bolsas especiales para manga pastelera, de forma triangular.

– Hacer un agujero en el lateral del donut con un palillo, sin llegar del todo al lado opuesto. Por este agujero, poner la puntita de la bolsa con la mermelada y presionar con cuidado para que salga (esto requiere algo de práctica, no os preocupéis si no os sale al primer intento). Después, pasar los donuts por una montaña de azúcar mezclado con una pizca de canela.

Apunte: si no queréis rellenar los donuts, también se pueden sumergir en chocolate fundido o simplemente rebozar con azúcar con un poco de canela.

‘Mousse’ de chocolate con especias

Mousse xocoEsta es una de mis recetas favoritas en este momento. Se trata de un mousse de chocolate tradicional pero con el intenso sabor añadido de especias y -el arma secreta- ¡chile picante! La combinación de cacao y picante funciona muy bien, como bien saben los mexicanos, en cuya gastronomía me inspiré para «inventar» este postre. Va genial para finalizar una comida mexicana o en cualquier momento, acompañado de nata montada y, si apetece, una galleta de mantequilla.

Ingredientes:

125 g de mantequilla
300 g de chocolate negro (70 %)
3 yemas de huevo
las claras de 10 huevos
100 g azúcar
225 ml de nata para montar.
1/4 cucharadita de canela
1/4 cucharadita de all spice o pimienta de Jamaica
1/4 cucharadita de chiles o pimientos picantes en polvo

Método:

– Fundir la mantequilla y el chocolate cortado a pedazos en un bol encajado encima de una olla con un poco de agua hirviendo, vigilando que el agua no toque la base del bol. Ponerlo a fuego lento y cubrir el bol con una tapa grande. Revolver de vez en cuando con una cuchara. Cuando esté todo fundido, revolver bien y dejar enfriar un poco, hasta que no queme.

Con una espátula, transferir esta mezcla a un cuenco más grande donde haya espacio para añadir el resto de los ingredientes.

– Añadir una a una las yemas de huevo, batiendo muy bien cada vez con una batidora de varillas. Añadir la canela, all spice y chiles y volver a batir bien.

– En otro cuenco, montar la nata hasta que esté esponjosa pero no demasiado sólida, y añadir cuidadosamente a la mezcla de chocolate.

– En un tercer bol, montar las claras con una pizca de sal hasta que estén a punto de nieve. Hacia el final del proceso, ir añadiendo el azúcar despacito, sin dejar de batir. Incorporar las claras montadas con el azúcar a la mezcla de chocolate muy cuidadosamente, con una cuchara de metal o una espátula.

– El mousse está hecho. Ahora, depositar la mezcla en un recipiente para servir o en moldes individuales y ponerlo en la nevera hasta que sea el momento de llevarlo a la mesa (mínimo un par de horas). A mí me gusta servirlo en tacitas de té o café.

¿Y qué hacemos con tantas yemas?: en esta receta nos habrán sobrado siete yemas, que se pueden emplear para hacer un delicioso bizcocho (que se puede congelar). Si tenemos menos yemas que nos hayan sobrado de otra receta, se pueden reducir las cantidades de los ingredientes.

Ingredientes:

6 o 7 yemas
cuatro cucharadas de agua caliente
200 g de azúcar
150 g de harina leudante
una pizca de sal
una cucharadita de extracto de vainilla
cuatro cucharadas de leche

Método:

– Untar con mantequilla un molde redondo desmontable de 20 cm de diámetro y forrar la base con papel de horno.

– Batir las yemas con el agua hasta que esté cremoso. Añadir gradualmente el azúcar y seguir batiendo con la batidora de varillas hasta que haya burbujas y todo esté muy bien mezclado. Agregar la vainilla y el pellizco de sal.

– Añadir la harina (tamizada con un colador) y la leche y revolver con una cuchara de metal o espátula hasta que esté todo bien mezclado. Si os parece que la masa queda muy líquida, lo que puede pasar si se nos va la mano con el agua o la leche o según las yemas, se puede añadir un poquito más de harina.

–  Pre-calentar el horno a 180ºC. Hornear durante unos 30 minutos. Para comprobar que el bizcocho este hecho, clavar un palillo, que tiene que salir seco.

Este bizcocho se puede comer tal cual o también se puede abrir por la mitad y rellenar con una capa de mermelada de fresa o frambuesa y nata montada. Espolvorear con azúcar glas.

¿Cómo separar claras y yemas?: hay gente que lo hace pasando el huevo de un lado a otro de su propia cáscara (después de cascarla) pero yo tengo una especie de cuchara de plástico con ranuras que atrapa la yema mientras que la clara se desliza hacia abajo (hay que colocar un recipiente debajo).

Profiteroles

profiterolesLos profiteroles son mucho más fáciles de hacer de lo que parecen y, como también son bastante rápidos, son el postre ideal para una cena de última hora con amigos. Si se desea, se puede hacer la pasta el día antes y rellenarla en el último momento (más abajo os explico el truco). Yo los suelo rellenar de nata montada y después los cubro con salsa de chocolate.

Ingredientes:

Para la pasta ‘choux’:

150 ml agua fría
50 g mantequilla
75 g harina (tamizada)
2 huevos

Para la salsa de chocolate:

125 g chocolate negro, a trozos
25 g mantequilla
2 cucharadas soperas de sirope de caña de azúcar

Además, nata montada sin azúcar para el relleno.

Método:

– Para hacer la pasta, poner la mantequilla y el agua fría en un cazo de tamaño mediano y calentar a fuego lento hasta que la mantequilla se haya fundido. Entonces, subir el fuego y llevarlo rápidamente al punto de ebullición, darle un hervor.

– Retirar el cazo del fuego y echar de una vez toda la harina (tamizada para evitar grumos). Removerlo todo con una cuchara de madera hasta que quede bien mezclado.

– Dejar que esta masa se enfríe un par de minutos y añadir los huevos poco a poco, batiendo con la cuchara o con un batidor eléctrico de varillas, hasta que la masa quede fina y brillante.

– Precalentar el horno a 200ºC. Engrasar una bandeja de horno grande con mantequilla y rociar un poco de agua (esto generará vapor en el horno y ayudará a que la pasta choux suba).

– Con una cuchara no muy grande, depositar unas 12 bolas (del tamaño de una pelota de golf) de la masa sobre la bandeja. Hornear en el estante superior del horno durante 20-25 minutos, hasta que estén ligeramente doradas.

– Cuando las saquéis del horno, con un cuchillo hacer un pequeño corte en cada profiterol, para que salga el vapor (¡cuidado que quema!). Dejar que se enfríen.

Para hacer la salsa…

– Poner el chocolate, la mantequilla y el sirope de caña de azúcar en un bol sobre una olla con un poco de agua hirviendo, sin que el bol toque el agua. A fuego lento, dejar que el contenido del bol se funda (ir revolviendo con una cuchara de vez en cuando). Dejar enfriar un poco la salsa.

Para montar el postre: poner una cucharada de nata montada en cada profiterol (esto puede hacerse también con manga pastelera) y, con una cuchara, verter salsa por encima de cada uno de ellos.

Truquillo: si habéis hecho la masa el día anterior, es normal que se haya ablandado un poco. Para devolverle su textura, calentar el horno a 200ºC y hornearlas durante unos 5 minutos más.